Otro día de tantos sin rumbo alguno, dos personas, dos bicicletas ("Virginia la chancha" y "Doña Cleta"), después de unos buenos tacos de cochinita en el centro decidimos desplazarnos hasta los hermosos pedregales coyoacanenses en busca de otra historia que pudiera sorprender nuestros sentidos. Esta vez se trataba de un director conocido, Kim Ki Duk, cuyo trabajo llegó a nosotros por puros azares del destino con Iron-3 y Las Estaciones de la vida, no podíamos perdernos parte de la historia de este polémico director coreano cuya trayectoria bastante particular hace que su trabajo se contemple con cierto misticismo. En fin, llegamos a tiempo para comprar boletos, colocar las burras en un buen lugar, charlar y hasta de unas fotos. Ya era tiempo, no hubo cortos y Kim Ki Duk nos recibía con uno de sus aspectos imprescindibles, la música; que esta vez provenía de otro elemento importante "El arco", cuyo simbolismo se verá tratado a lo largo de la historia donde un viejo pescador y una chica de 16 años nos muestran su vida, situada en un gastado barco pesquero decorado en uno de sus costados con un gran Buda donde el viejo y la niña llevaran acabo ocasionalmente un ritual cuyo fin será dar la fortuna de algunos visitantes del barco.
Con un hermoso paisaje marino, una música fascinate, pocos elementos y una historia sencilla pero muy simbólica Kim Ki Duk nos recuerda que a veces no se necesita hablar para transmitir emoción, nos llena de imágenes, de colorido y de un melódico sonido de mar. Sin embargo cabe mencionar que a diferencia de otras películas cuyas características podrían compararse, al descenlace de está resultaría cargado de un realismo fantástico al cual no estabamos acostumbrados y que resulta difícil de justificar además de un sonido muy repetitivo de la pieza sonora principal. Sin embargo, no podemos decir que este día no pudo ser mejor si no la hubiésemos visto.
En fin, pues eso fue un tour por los lares de sur, y esperámos que ustedes nos compartan igual.
Bisbis Bisbis!
Nuestra calificación: 3 (En escala de 0 a 5)
Con un hermoso paisaje marino, una música fascinate, pocos elementos y una historia sencilla pero muy simbólica Kim Ki Duk nos recuerda que a veces no se necesita hablar para transmitir emoción, nos llena de imágenes, de colorido y de un melódico sonido de mar. Sin embargo cabe mencionar que a diferencia de otras películas cuyas características podrían compararse, al descenlace de está resultaría cargado de un realismo fantástico al cual no estabamos acostumbrados y que resulta difícil de justificar además de un sonido muy repetitivo de la pieza sonora principal. Sin embargo, no podemos decir que este día no pudo ser mejor si no la hubiésemos visto.
En fin, pues eso fue un tour por los lares de sur, y esperámos que ustedes nos compartan igual.
Bisbis Bisbis!
Nuestra calificación: 3 (En escala de 0 a 5)
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